En 2025, la sostenibilidad ha dejado de ser una tendencia para convertirse en el estándar indiscutible de la infraestructura de cableado.
El auge en la demanda de materiales ecológicos confirma un cambio irreversible: la conciencia ambiental ya no es una opción, sino una prioridad estratégica para el sector.
Hoy, cualquier proyecto debe incorporar este enfoque en todas sus fases, desde el diseño hasta la implementación. En este post hablaremos de la eficiencia energética en redes y su propuesta de futuro.
¿Por qué hablar de sostenibilidad en cableado?
En la actualidad, la sostenibilidad ha trascendido su condición de tendencia para establecerse como un requisito indispensable en todos los ámbitos profesionales. El sector del cableado no es ajeno a esta transformación, y actualmente atraviesa un proceso de reinvención centrado en la innovación y la adopción de materias primas más sostenibles.
Tradicionalmente, la fabricación de cables y componentes eléctricos dependía en gran medida de materiales no renovables como cobre y aluminio. Estos metales, si bien eficientes en su función, conllevan importantes costos ambientales: procesos de extracción intensivos, deforestación asociada a la minería, y contaminación de suelos y fuentes hídricas.
Frente a este escenario, la industria enfrenta el desafío de implementar soluciones integrales que van más allá de la simple sustitución de materiales. Los expertos coinciden en que se requiere:
- Un rediseño de componentes para optimizar el uso de recursos.
- La implementación de técnicas de instalación que minimicen residuos.
- El desarrollo de tecnologías que mejoren la eficiencia energética.
Claves para un cableado sostenible
La verdadera transformación sostenible pide estrategias globales, desde la cuidadosa selección de materiales hasta la implementación de diseños inteligentes. Veámoslo punto por punto:
Elección de materiales reciclables y libres de halógenos
Todo proyecto de cableado sostenible se cimenta en la selección inteligente de materiales. Los cables LSZH (Low Smoke Zero Halogen) representan quizás el avance más notable en este campo: al eliminar elementos halógenos como cloro y flúor, estos cables evitan la emisión de gases tóxicos y corrosivos durante incendios, marcando una diferencia crucial frente a soluciones tradicionales.
¿Qué distingue realmente ambas opciones?
- Cables tradicionales con PVC: liberan gases altamente tóxicos y corrosivos durante la combustión.
- Cables LSZH: generan humo de baja densidad sin emisiones ácidas peligrosas.
Diseño eficiente: menos residuos, mayor durabilidad
En primer lugar, las técnicas de instalación también aportan a la sostenibilidad. Los métodos sin soldadura evitan materiales contaminantes y permiten desmontar fácilmente los componentes para su reciclaje. Además, el uso de etiquetas ecológicas en lugar de las tradicionales de plástico ayuda a reducir los microplásticos en el entorno.
Del mismo modo, la durabilidad es clave en cualquier proyecto sostenible. Cables resistentes a la humedad, las temperaturas extremas o la radiación UV pueden durar hasta tres veces más que los estándar, lo que reduce costes y residuos a largo plazo.
Eficiencia energética y reducción de emisiones indirectas
El impacto ambiental del cableado va más allá de los materiales utilizados. Un factor clave, y muchas veces subestimado, es su efecto directo en la eficiencia energética del sistema. Los cables de baja calidad generan pérdidas por atenuación que, aunque poco visibles, suponen un derroche constante de energía a lo largo del tiempo.
Optar por cables de categorías superiores (como Cat 6A, Cat 7 o Cat 8) reduce la resistencia eléctrica y mejora el rendimiento en transmisiones de larga distancia. En redes empresariales de gran escala, esta elección puede traducirse en un ahorro energético del 5 al 7 % frente a cables de menor categoría.
El futuro del cableado: sostenibilidad como estándar
Avanzar hacia infraestructuras de cableado sostenibles ya no es opcional: es una respuesta lógica a los retos actuales y a las normativas ecológicas para infraestructuras, cada vez más exigentes. Materiales reciclables, diseños eficientes y menor consumo energético no solo reducen el impacto ambiental, también ofrecen ventajas económicas.
Por ejemplo, los cables de categoría superior pueden ahorrar hasta un 7 % de energía, y un diseño bien optimizado mejora la refrigeración hasta en un 20 %. Sostenibilidad y rentabilidad, cuando van de la mano, se convierten en una apuesta segura.