El lenguaje permite al ser humano expresar con palabras su percepción del mundo. El uso y la intencionalidad que se le dé puede afectar al significado de muchas palabras. Incluso puede crear imágenes sociales negativas o diferentes que distan de la realidad, relegando los valores de algunas personas o grupos.

Cada palabra, intención o acción cuenta, por eso es importante construir un lenguaje y una conducta inclusiva hacia las personas con discapacidad para promover la igualdad de oportunidades en el ámbito social y laboral.

Con el paso del tiempo, la terminología utilizada para describir a las personas con discapacidad ha evolucionado y ha dejado de lado conceptos peyorativos y etiquetas para enfocarse en el valor intrínseco de estas personas, independientemente de su discapacidad física u orgánica.

Definición de persona en situación de discapacidad

La discapacidad es un concepto que ha experimentado una gran evolución a lo largo de la historia. Si nos remontamos al pasado, en las culturas antiguas poseer una incapacidad física, sensorial o psíquica suponía un castigo divino, provocando una condición de rechazo y aislamiento. Por fortuna, esta concepción ha ido cambiando de forma paulatina.

En 2006, la ONU reconoció, en la Convención Internacional de Derechos, la expresión “personas con discapacidad” como el término correcto que se debe emplear en formatos y soportes -audiovisuales y textuales-. Optando por tratar a la discapacidad como una característica más de la persona y no centrando la atención en sus limitaciones.

De acuerdo con fuentes oficiales, como la RAE, una persona con discapacidad se puede definir como “la persona que presenta deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, previsiblemente permanentes al interactuar con diversas barreras, pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás…”.

En la actualidad, se pretende que todo el mundo conozca la diversidad de las personas en situación de discapacidad, entendiendo que cada persona tiene necesidades y habilidades diferentes, y que la discapacidad no es un factor que determine el valor o el potencial de una persona.

¿Por qué es tan importante abordar la discapacidad con el término adecuado?

Según la encuesta “Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia” realizada por el INE y publicada nuevamente en 2022 por EPDATA con datos recopilados en 2020, se estima que en España hay más de 4,3 millones de personas, tanto hombres como mujeres, que presentan algún tipo de discapacidad.

Estas estadísticas sugieren que la discapacidad es una realidad cotidiana en nuestra sociedad. Por lo tanto, es importante utilizar un lenguaje inclusivo, ya que esto puede influir en la forma en que las personas con discapacidad son percibidas y tratadas en el entorno social. Además, el uso de un lenguaje adecuado puede contribuir a prevenir la discriminación y el estigma, lo cual es fundamental para evitar impactos negativos en la salud mental y emocional de estas personas.

¿Qué términos se utilizaban antes para las personas con discapacidad?

En el pasado, se utilizaban conceptos que hoy en día se consideran despectivos, estigmatizantes o que denotan una visión paternalista o de inferioridad hacia las personas con discapacidad. Algunos ejemplos de estos términos son:

Minusválido

En concreto, este término se enfoca en lo que la persona no puede hacer en lugar de enfatizar en sus habilidades y capacidades.

Disminuido

Esta expresión denota una visión de inferioridad por tener alguna incapacidad en sus facultades físicas o psíquicas.

Personas discapacitadas o discapacitados

Ambos conceptos se consideran despectivos y se desaconseja su uso, ya que resalta la discapacidad de la persona por encima de su identidad como ser humano. En su lugar, se recomienda el uso de términos como “personas con discapacidad” o “personas con diversidad funcional”, que ponen el enfoque en la persona y no en sus limitaciones.

Deficiente

Se entiende directamente como una palabra ofensiva. Es un concepto que suele ser utilizado para denotar una falta o deficiencia en la capacidad de la persona, lo que puede ser perjudicial para su autoestima y dignidad.

Persona de capacidades diferentes

Al utilizar el término “persona de capacidades diferentes” estamos sugiriendo que las personas con discapacidad son diferentes a la norma, lo que puede llevar a distanciarlas de la sociedad y a contribuir a su exclusión.

¿Cómo debemos referirnos a las personas con discapacidad actualmente?

El lenguaje es un aspecto importante en la forma en que nos referimos a las personas con discapacidad, a través de nuestra comunicación debemos evitar caer en etiquetas o connotaciones negativas que pueden afectar a este colectivo. En general, se recomienda usar un lenguaje respetuoso, inclusivo y centrado en la persona. Aquí te dejamos algunas pautas:

  • No utilices la discapacidad como sustantivo: rehúye de mencionar términos como “el discapacitado”, “la ciega “o “una tetrapléjica”. Recuerda que, ante todo, son personas y tiene el derecho que se reconozcan como tal. Por lo tanto, utiliza un lenguaje que se enfoque en la persona, empleando la palabra “persona” antes de hacer referencia a su discapacidad. Por ejemplo, es más apropiado decir “persona con discapacidad orgánica” o “persona discapacitada”
  • Evita los verbos y las descripciones negativas: no des por supuesto que una persona al padecer una discapacidad necesita una compasión no deseada. Por tanto, evade las acepciones como “padece de”, “sufre de”, “víctima de” o “utiliza una silla de ruedas”.
  • No trates a las personas con discapacidad como si fueran heroínas o especiales simplemente por tener algún talento o habilidad. No hagas eco del sensacionalismo que a menudo rodea los logros o éxitos de estas personas y trata de normalizar estas situaciones, especialmente si no se hace lo mismo con las personas sin discapacidad. Es esencial reconocer que todas las personas tienen habilidades y limitaciones, independientemente de su condición, y no se debe hacer distinciones basadas en la discapacidad.

Ten en cuenta estas recomendaciones para emplear un uso adecuado del término discapacidad y, sobre todo, para lograr una comunicación positiva que pueda mejorar la imagen de la discapacidad y la diversidad.

Lenguaje adecuado e inclusión laboral para las personas en situación de discapacidad

Tal y como abordamos en este artículo, el uso de un lenguaje inclusivo, respetuoso y adecuado pueden tener un gran impacto en la forma en que se trata y reconoce a las personas con discapacidad. Además, puede contribuir a aumentar la concienciación y sensibilización en otros ámbitos, como la inclusión laboral, con el fin de construir una sociedad más justa y equitativa. Al fomentar una cultura empresarial inclusiva, se garantiza que todas las personas, sin importar sus limitaciones, tengan acceso a las mismas oportunidades laborales y puedan desarrollar su potencial en el ámbito profesional.

En C.E.E APTA hemos trabajado por más de 30 años para fomentar la igualdad de oportunidades en el entorno laboral. Asimismo, hemos demostrado que sí es posible combinar la rentabilidad económica y social al ofrecer puestos de trabajo estables a personas con diferentes tipos de discapacidad, incluyendo discapacidad intelectual, sensorial, física o psíquica. De esta manera, no sólo ofrecemos servicios de alta calidad a nuestros clientes, sino que también promovemos un modelo empresarial que se enfoca en la inclusión social y laboral.